domingo, 2 de mayo de 2010

Claves para afrontar los cambios

Cuando nuestra vida es constante y la rutina nos permite manejarnos
en un terreno conocido,todo parece estar bajo control. Sabemos a qué
hora despertar para llegar a tiempo al
trabajo, a qué hora ir a dormir
para descansar lo suficiente como para que el cuerpo no nos
pase
factura luego.
Lo conocido -sea bueno o no tanto- nos resulta fácil de llevar. ¿Pero qué
pasa cuando lo desconocido irrumpe en la paz de nuestro pequeño mundo
cotidiano? ¿cómo debemos abordar los desafíos que se nos presentan
y que interrumpen la tranquilidad de las situaciones conocidas?

La inestabilidad que nos produce lo nuevo-desconocido nos altera, nos
desorienta e incluso puede desembocar en trastornos psíquicos sino
reparamos en nuestras resistencias a lo nuevo-diferente.
Aunque son muchas las resistencias que podemos presentar, intentaré
aquí esgrimir algunas claves que nos lleven a la reflexión y nos conduzcan
por el camino de la asimilación de los cambios que ocuren en nuestro
entorno.

Creer: podemos creer que un cambio nos desestabiliza y eso trae
consecuencias negativas pero existe el mismo porcentaje de probabilidad
de que "lo nuevo" sea para mejor.
La clave estará en lo que nosotros elijamos ver y creer. El famoso vaso
medio vacío o el medio lleno, ese popular dicho no es ni más ni menos que
un principio fundamental de la vida a trasmitir por generaciones. El yin y
el yang, la luz y la oscuridad. No existe el uno sin el otro, por tanto está
en nosotros poder ver la lucecita que titila en la oscura noche que
estamos viviendo.

Amor: poner amor en cada cosa. Incluso en aquellas cosas que no nos
gusten tanto, hacerlas con amor. Y esto implica respetarnos a nosotros
mismos, nuestros tiempos y deseos. Con esto se entiende que aún
poniendo límites podemos hacerlo de manera amorosa, sosteniendo el
amor por uno mismo y por el prójimo.


"Poner amor en cada cosa que hacemos debería
ser un acto natural, inherente al
ser humano".


Encontrar el centro: aquello que nos desorienta nos hace desenfocarnos
y rápidamente perder nuestro centro. Sostener el punto que nos ancla en
el presente es fundamental para evitar toda clase de futurología inexacta
que resulta de la especulación de nuestra mente. Cuando entramos en el
juego de las suposiciones, nos enredamos en un tejido de presupestos y
asociaciones que rara vez se acercan a lo que sucede en realidad. El
centro está en el momento presente, cuando mente y corazón se
conectan en el 'aquí y ahora' para poner su energía en la adaptación a la
nueva realidad.


Resiliencia: todos tenemos la capacidad para pensar a la crisis como
momentos de inflexión y trasmutación. La resiliencia es la capacidad del
ser humano de sobreponerse a las dificultades y a su vez, aprender de sus
errores. La aptitud de regenerarnos nos permitirá ver con optimismo
cuál es el aprendizaje que resulta de las experiencias vividas,
por más difíciles que hayan sido.


Estas claves son la base para prepararnos para todo lo nuevo que está
por venir pero seguramente si buscan en sus experiencias personales
encontrarán más. ¿Se animan a compartirlas?

Un abrazo afectuoso,

Lamat Oxlahun




4 comentarios:

lunaroja dijo...

Me ha parecido un artículo que da para hablar y hablar,pero sobre todo reflexionar acerca de cómo nos comportamos ante determinadas situaciones.
Yo, sería un ejemplo de enciclopedia,de cada cosa que has expuesto.
Trabajo muchísimo para erradicar cada pauta distorsionada que muchas veces me sume en el pánico y en la parálisis.
Lamentablemente sucede eso,cuando nos salimos de nuestro centro.
La vida,parece amenazante,y somos incapaces de razonar.
Mi experiencia,me dice,que nos desconectamos absolutamente de la emoción, y sólo nos refugiamos en la mente,intentando "entender" en vez de sentir, o dejar salir aquella emoción que nos está bloqueando.

Muchas veces no sirve entender...porque la mente engaña y nos pone trampas, sobre todo a las personas que solemos tener algún tipo de dificultad para determinadas acciones.

Ojalá este artículo traiga a la mesa,cosas a debatir y comentar,porque creo que puede enseñarnos mucho el aporte de otras personas que por una u otra razón se sientan identificadas.

Gracias por traerlo a la mesa, y como digo yo,ahora mi lema es:

POngo el miedo y el amor,sobre la mesa.

UN beso

despejada dijo...

Gracias Amiga por el valor de tus palabras, al igual que las de Luna Roja, atreverse a compartir estos pensamientos, que tanto bien pueden hacernos al resto, es todo un desafío!!!

La verdad que cómo dijo LunaRoja, también me hallo en tus palabras, o x haber atravezado eso, o x estar atravezandolo ahora!

No siempre es sencillo, es cuestión de centrarnos, como bien dijiste! Y anclar en eso...

Te quiero muchísimo! Besos grandes!

Mak C.D. dijo...

El constante cambio de la realidad es un hecho que nos es dificil de aceptar.

De siempre, este equilibrio dinamico de las cosas nos ha asustado y hemos tendido futilmente a anclarnos.

Las experiencias que mas me ha costado "dejar cambiar" fue mi etapa universitaria y la relacion con mi hermano, que aunque no empeoro, maduro.

Gracias por tu articulo.

Anónimo dijo...

Gracias por tus palabras, llegaron en el momento justo.