Mucho se ha hablado ya sobre internet, los celulares y de cómo las nuevas tecnologías han modificado las relaciones humanas. Me parece pertinente el análisis de las consecuencias de su abuso o mal uso. Pero también celebro poder escribir en este pequeño reducto del ciberespacio y que personas de Bélgica, Arabia Saudita o Filipinas den un paseo por mi blog. Celebro que la tecnología nos permita saber qué piensan o qué pasa al otro lado del charco y un poco más allá.
Celebro que no se necesite de mucho dinero para ello, y celebro hallar colegas que como yo, han encontrado en este dispositivo una puerta para dar forma a sus ideas y proyectos.
Pero celebro más aún y más allá de la tecnología, que nos hayamos animado a escribir, abriéndonos a compartir lo que creíamos no podía interesarle a nadie o tan sólo a nuestro círculo.
Tal vez sea que ya no me preocupa tanto si a alguien le importa. Tal vez sólo se trate de soltar lo que tan amarradamente pensamos o soñamos y dejar que todo fluya.
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