sábado, 16 de agosto de 2008

El amor de Rhada por Krishna



Cada una de las deidades hindúes se ha asociado a su mitad femenina. Así como todos los dioses son aspectos de la Divinidad Suprema, sus mitades hembras son aspectos de la Diosa Suprema. Se trata de un principio fundamental de la teología hindú: la combinación de la fuente de energía masculina, conocida como purusha, con la energía femenina, llamada prakriti, da origen al cosmos material.

Con el tiempo prakriti se convirtió en una diosa por derecho propio. Es la energía femenina que proporciona el vientre universal en que la energía masculina concibe la abundancia de vida.

En el núcleo del mito de Krishna se halla su profundo amor por Radha. La historia de ésta se desarrolla en incontables canciones y poemas en dialectos locales de toda la India. Radha es la diosa de la devoción, que resuelve sus asuntos de amor en la selva encantada de Vrindavan.

En ocasiones Radha controla a Krishna, que hará lo que sea por complacerla. Es un rasgo importante de la tradición de Krishnabhakti o devoción a Krishna: Dios está atado por el amor de sus devotos. El antiguo orden jerárquico creó una imagen de Dios que se despliega en el poder creativo de Vishnu y en la fuerza destructiva de Shiva, basada en el temor a la reverencia. Esta imagen es substituida por otra más suave y más entregada de Dios como amante de sus devotos.

Krishna se encontraba con Radha por la noche, en compañía de las amigas íntimas de ella, quienes les ayudaban en sus asuntos amorosos. Krishna se dividió místicamente en muchos para bailar simultáneamente con todas ellas. Más tarde, al crecer Krishna, fue a la ciudad para convertirse en rey, dejando a Radha y a sus amigas. Algunas de ellas murieron con el corazón roto. El anhelo de Radha de reunirse con Krishna expresa el anhelo del alma por reunirse con Dios.


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