Una nueva ruta de acceso hasta aquí, de mí hacia vos, desde nuestras voces hacia todos aquellos que se entreguen a la experiencia de sentir con la multiplicidad de sentidos que nos atraviesan.
Empezar es una tarea cotidiana, desde que amanecemos al día y a cada momento descubrimos una nueva manera de enjuagarnos los dientes, de saborear el dulce que circunda el límite de la tostada. El mismo dulce; diferente la manera de saborearlo.
Si cada día nos aventuráramos en cada una de nuestras actividades como si fuera la primera vez, y nos entregáramos a la ilusión de re descubrir los matices que perdemos de vista en la rutina. Si cada viaje en colectivo fuera una oportunidad de capturar miradas sencillas, sonrisas inexplicables, calidez de otros-nosotros que se aventuran en un nuevo día que promete un mundo de experiencias nuevas... siempre que nos atrevamos a sumerginrnos en ellas.
1 comentario:
Llegamos a la vida sin haberlo pedido ni elegido. Otros nos han puesto un nombre. Otro espermatozoide en el azar de la fecundación podría haber dado otro origen a nuestro ser. Podríamos haber nacido en cualquier punto del planeta. Podríamos no haber nacido nunca. No hay necesidad en nuestro nacimiento. No hay una determinación en nuestras vidas.
Somos seres temporales y prescindibles cargados de azar e incertidumbre.
Hay una incertidumbre del origen, una incertidumbre del destino. Tanto en nuestra vida singular como en la vida de la vida, en la vida humana, de nuestra especie en su devenir planetario. Tenemos que tomar conciencia de la no certeza. Pero esta no certeza no significa
renunciar a conocer y comprender.
La revolución parece hoy más necesaria y más dificil que nunca. Pero revolución es más una palabra-problema, que una palabra-solución. No se trata de soñar con el paraiso terrestre, sino tal vez de iniciar una revolución del sí mismo. Una transformación espiritual y afectiva de nuestro ser en el océano cotidiano.
Brindo con salud y poesía por este nuevo espacio! lein.
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